viernes, 16 de junio de 2017

El Jumate


Hoy me viene a la memoria una historia de cuando éramos niños, allá por los años de 1939 al 45 más o menos. En aquellos años en Cabra había un magnífico industrial, muy trabajador y de una mentalidad muy moderna. Además esta persona de las que le hablo era un Agente Comercial muy calificado y fabricante de gaseosas. Su fábrica, de las más modernas de aquella época, estaba enclavada en la calle Muñiz Terrones números 2 ó 4.




Todas las personas de Cabra... algo mayorcitas se acordarán perfectamente de esta conocida industria.

Eran tiempos en los que en España las marcas de bebidas refrescantes como Coca-Cola o Pepsi eran para la mayoría algo que nos sonaba, poco menos que a chino. Sin embargo, Antonio Ocaña Ramírez, que era el dueño de la fábrica que les refiero, tenía una variedad de gaseosas verdaderamente magnífica: natural, naranja, limón y… aquí viene el objeto de este artículo, un refresco de su invención llamado ¡JUMATE…Mate del Paraguay!

En verdad les digo que era una gaseosa o refresco maravilloso, su sabor era un tanto extraño pero muy agradable al paladar, y es mas, yo diría que “enganchaba”, que gustaba, incluso más de la cuenta. Para mí, que la fórmula tenía mucho que ver con la conocida yerba de mate de los países sur-americanos, como Paraguay, Argentina, Uruguay o Chile.

Los chavales de aquella época lo pueden atestiguar, que uno de los placeres cuando llegaba la Semana Santa o las ferias de Junio y Septiembre era la visita a la Fábrica del señor Ocaña. Una cita obligada y en que degustábamos una o dos botellas de refresco … a precio de fábrica, por una o dos “perras-gordas”, de aquellas de cobre que no eran “moco de pavo”. 

Para mí, de todas las bebidas egabrenses de Ocaña, el referido Jumate, era mi preferida. Y hasta había una melodía para la promoción de esta exquisita bebida, según me cuenta su sobrina Sole...

También me viene a la memoria la existencia de unas curiosas gaseosas que llamábamos de “bolilla”. Estas bebidas se presentaban en unas botellas cristal, que en el cuello tenían como un estrangulamiento, y dentro una pequeña bola de cristal que con la presión del gas del refresco cerraba de forma hermética el envase. Para abrirlo, se introducía el dedo y presionando hacia abajo se desbloqueaba. Un invento muy original y, que entonces me parecía, de bastante acierto. Otro envase muy empleado en esa época era el sifón que contenía agua de seltz.


Para su sobrina Sole Murillo Ocaña, un cariñoso saludo de mi parte a ella y a su esposo, mi buen y viejo amigo Pepe Rodríguez de la Rosa, herederos de aquella nostálgica época, que parecetan lejana en el recuerdo.


Aquel producto que conocimos como JUMATE era, además de una bebida muy completa,  que contenía en cantidades importantes, cafeína, antioxidantes, potasio, aminoácidos y vitaminas... algo que a día de hoy podríamos decir que sería interesante para la salud cardiovascular.

¡¡Así era el JUMATE del Sr. Ocaña Ramírez!!

Nota: La ilustración de la página de prensa sobre la bebida JUMATE, que se reproduce al principio  es gentileza de José Garrido Ortega, al que le agradezco su colaboración.


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